Algunas veces, cuando vas al estadio, es posible que regreses con un invalorable pedazo de historia en tus manos.

Matt y Samantha Brown recibieron el recuerdo de sus vidas el domingo en el PNC Park de Pittsburgh, donde la pareja tuvo la suerte de atrapar la histórica pelota del jonrón 697 de la carrera del dominicano Albert Pujols, con el que se colocó en solitario en el cuarto puesto del listado de cuadrangulares de todos los tiempos.

En vez de tratar de quedarse con la pelota, los Brown tuvieron el gesto de intentar dársela de vuelta a Pujols, sin imaginar que el legendario toletero los iba a sorprender dejando que se quedasen con la reliquia.

“Es solamente una pelota. Se merecen quedarse con ella. Salió del estadio”, dijo Pujols sobre la decisión. “Jugamos este juego por los fanáticos. Así que bien sea que quieren devolverla o quedársela, yo no tengo ningún problema con eso”.

Pujols también le regaló a la pareja dos pelotas autografiadas para que se llevaran a casa junto a la bola del juego.

La sorpresa llegó en un día bien emocionante para Samantha, cuyo padre falleció hace exactamente un año.

“Yo pienso que tener la pelota significa más para esa muchacha que lo que significaría para mío llevármela y ponerla en vitrina de trofeos”, dijo Pujols.